La disputa entre las comunidades cusqueñas de Pitumarca y Cusipata está perjudicando gravemente a la turística Montaña de los Siete Colores.
Esta impresionante montaña debería ser nombrada como Área Natural Protegida y necesita estar bajo el control de las autoridades. Las principales amenazas son las agencias de turismo que promueven la desmedida afluencia de turistas que, sin ningún control, llegan diariamente a la montaña caminando sobre ella con todo tipo de calzado y esto sumado a la irresponsabilidad de los pobladores locales empeora la situación.
El panorama se vislumbra tragicamente para este sitio natural tan hermoso. El propio peruano no cuida a su tierra y prefiere tapar la realidad con temas banales.